Los vertederos a cielo abierto, la baja tasa de reciclaje, el aumento de los residuos y la presencia de microplásticos en la cadena alimenticia entre otros, son pruebas de la mala gestión de residuos sólidos que no puede negarse. La generación de residuos sólidos es producto del crecimiento poblacional y desarrollo económico; a medida que uno de ellos crece, se ofrecen más servicios y productos que buscan llenar las necesidades de consumo de la población.
Por su parte, la composición de los RSU también ha sido correlacionada con los niveles de ingresos, y se considera que refleja patrones de consumo. Es decir, los países que cuentan con ingresos más altos, generan más desechos.
Los países clasificados por el Banco Mundial como de ingresos altos, general relativamente menos desechos verdes y de alimentos, y más desechos secos (plástico, papel, cartón, metal y vidrio) que podrían reciclarse. (García et al., 2023).
De acuerdo con las publicaciones en el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos (DBGIR), México genera un estimado de 0.944 kg/hab/día y una generación diaria en el país de 120,128 toneladas de RSU al día. (SEMARNAT,2020). Aunado a la gran cantidad de residuos que se generan diariamente, existe otro gran problema para México, que es la mala gestión de los residuos que crean problemas ambientales.
Entre ellos, se encuentran los vertederos a cielo abierto. En ellos, no existe una separación de los residuos, generando una pérdida de valor material y energético de ellos ya que no son recuperados, reciclados o reusados, o al no generar energía de ellos. Incentivan la propagación de plagas y enfermedades. Aunado a esto, está la posibilidad de que en los vertederos se desarrollen actividades de incineración, generando gases tóxicos y de efecto invernadero. De acuerdo con SEMARNAT, 2019, en México el 87% de los tiraderos de basura son a cielo abierto.
Como respuesta a esto, las autoridades recomiendan que en la legislación que expidan los gobiernos estatales sobre la generación, manejo y disposición final de residuos sólidos urbanos, establezcan la prohibición de incinerar residuos a cielo abierto y abrir nuevos tiraderos a cielo abierto; así como verte residuos en la vía pública y demás lugares no autorizados por la legislación aplicable. (SEMARNAT,2019).
Sin embargo, a estas alturas, no basta con recomendar solamente. Es imprescindible que exista una organización que imponga de manera obligatoria y sancionar de manera real y puntual a las personas que realicen esta actividad. La gente se ha aprovechado de la corrupción para continuar con actividades ilegales, dañando el medio ambiente y la salud de las personas.
Otro problema es la baja tasa de reciclaje. La capacidad de reciclaje del país es de apenas el 6.07% siendo en su mayor parte mediante la informalidad y concentrado en la Ciudad de México. (Greenpeace México, 2019). El no poder recuperar los residuos para ser reutilizados, reciclados o aprovechados energéticamente, es uno de los problemas principales. La revalorización de los residuos disminuye el consumo electricidad y agua. Por ejemplo, obtener aluminio a partir de aluminio reciclado requiere 95% menos energía que producirlo de materiales puros (Hoornweg y Bhada-Tata, 2012).
Económicamente hablando, un menor volumen de residuos que requieren de disposición final, reduce los costos de operación.
Las soluciones que se han propuesto desde hace años, ha sido sensibilizar a la sociedad sobre la importancia que tiene la separación de residuos y contar con una mejor infraestructura para reciclar; soluciones que a México, no le han funcionado porque no se han aplicado. Con prohibir las bolsas de plástico gratuitas, y pagarlas para cumplir con la ley, no es una solución ni una mejora.
Lo urgente ante esta problemática es reducir drástica y urgentemente la producción actual y la cultura del consumismo; siendo ésta la causa del 60% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El sistema económico que dicta el orden en el mundo depende del consumismo. Para producir más, se explotan recursos naturales y se dañan ecosistemas completos, aparte de empobrecer a las personas y exigir más a las personas. (Soto, 2020).
Es vital cambiar nuestros hábitos de consumo bajo la premisa de consumir menos y mejor. Reflexionar sobre los productos que consumimos y preguntarnos si realmente nos es necesario y si no podría transformarse en algo más sustentable.
Bibliografía:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/554385/DBGIR-15-mayo-2020.pdf
https://www.greenpeace.org/mexico/blog/8704/como-afecta-el-consumismo-al-medio-ambiente/